Los traumas de la infancia y cómo condicionan tus relaciones personales.





¿Por qué siempre mis relaciones personales acaban de la misma forma? o ¿por qué siempre me tocan parejas así?, preguntas similares a esta escucho, casi a diario, en mis consultas terapéuticas. Lo que me lleva a preguntarme: ¿están realmente mis pacientes predestinados al fracaso amoroso o a una larga lista de relaciones poco satisfactorias? No, o al menos, no tiene que ser así. El primer paso está en descubrir qué traumas de la infancia condicionan la forma en la que se relacionan.


Y aunque a muchos les resulta bastante difícil creer que aquellas experiencias que vivieron en su infancia, y que apenas pueden recordar, interfieren en sus relaciones actuales, lo hacen y mucho.

  • La importancia de las primeras relaciones.


En la primera infancia se construyen los cimientos de nuestra personalidad y la forma en la aprendemos a relacionarnos con otros. Estos patrones de comportamientos, que aprendemos de nuestros cuidadores y figuras de autoridad, rara vez quedan en el pasado y se convierten en guías invisibles que seguimos al pie de la letra en el resto de vínculos que desarrollaremos en nuestras vidas.


Los sobrevivientes de traumas infantiles, tristemente perpetran en sus relaciones prácticas disfuncionales y dañinas que, en la mayoría de los casos, ni siquiera comprenden que les hacen daño. Ellos normalizaron esas conductas y no suelen ver las señales de alerta.


Cuando un niño, por ejemplo, se enfrenta al abandono, negligencia o algún tipo de abuso, internaliza mecanismos de defensa que le ayudan a gestionar el maltrato y pueden mantenerlos aún siendo adultos. En muchos casos, su umbral del dolor suele ser mayor.


El resultado del estudio Experiencias infantiles adversas y salud mental en adultos jóvenes de Schilling nos da una pista del impacto de los traumas infantiles: “Un conjunto de 10 experiencias traumáticas infantiles, como abuso físico, emocional, sexual y psicológico, se han relacionado directamente con problemas de salud mental y enfermedades crónicas . El impacto de las principales adversidades infantiles persiste hasta bien entrada la edad adulta”.


Los traumas infantiles, entonces, no solo condicionan nuestra relación con otros, también interfieren en la forma que nos relacionamos con nosotros mismos y quienes somos.

  • ¿Todas las personas con traumas en la infancia tienen malas relaciones personales?

  • No todas las personas que viven algún tipo de trauma en la infancia terminan con relaciones disfuncionales, pero sí persisten patrones comunes en sus relaciones.


    Es importante aclarar que, —aunque no todas las relaciones interpersonales son disfuncionales ni todos han experimentado una experiencia traumática en la infancia— revisar esas primeras experiencias de vida es indispensable para todos. Es la única forma de reconocer patrones arraigados que necesiten dejarse atrás y así mejorar las relaciones existentes o simplemente conseguir otro tipo de vínculos.



    Regresar...